Por: Diego Cardona C.
Publicado en la revista digital "Razón Pública", en su edición del Domingo, 03 de Octubre de 2010
Todo indica que habrá segunda vuelta en las elecciones de Brasil. La candidata oficial, Dilma Rousseff ganó ampliamente, pero aún no obtuvo la mayoría absoluta. Sin embargo, su ventaja sobre el segundo candidato es amplia. A qué se debería su elección, cómo recibiría el país y qué se podría esperar de su gobierno.
A la medida del gigante
La importancia de Brasil en América Latina, es evidente. Con sus 190 millones de habitantes, el 85 por ciento de los cuales vive en centros urbanos, representa la mitad de Suramérica en superficie, población y magnitud económica. Los latinoamericanos tenemos entonces el derecho y el deber de preguntarnos qué sucedería en un gobierno de Dilma Rousseff.
Su ventaja de aproximadamente 15 puntos sobre José Serra, quien será su contrincante en segunda vuelta, no sería muy apreciable de no ser porque el casi 20 por ciento de votos de la candidata del Partido Verde, Marina Silva, sería muy difícilmente endosable para Serra. Su movimiento tiene con él, menos afinidades que las que pudieran existir con el Partido de Lula.
Todo dependerá de las negociaciones de los próximos días, las cuales serán complejas. Marina Silva podría dejar en libertad a sus electores para votar por el candidato de su preferencia, pero obtendría mayores ventajas para su proyecto político, negociando un eventual programa en los temas ambientales y sociales. La posibilidad de negociación de los Verdes es, en principio, mucho más alta con el PT de Lula y Rousseff. Por ello, es válido concentrarse en apreciar cómo sería un gobierno de continuidad en el Brasil.
Por su formación y sus actividades en las últimas décadas, podría esperarse un énfasis en la política interna. La señora Rousseff tiene experiencia y manejo de la política de su país. Seguramente contaría con apoyos importantes en el Partido de los Trabajadores, PT (al que ha pertenecido los últimos diez años), comenzando por el incondicional del actual presidente Lula.
Dicen sus amigos y adversarios que es alguien competente en los temas económicos, carrera que cursó en la Universidad Federal de Rio Grande do Sul. Entre 1991 y 1995 fue secretaria de Energía de dicho Estado, y a partir de 2003 (hasta 2005), ministra de Energía del Brasil. También fue presidenta de la Juta Directiva de Petrobras, la Empresa más grande América Latina.
Desde mediados de 2005 y hasta el momento en que inició su campaña, fue Jefe de Gabinete del presidente Lula, vale decir la persona de más confianza en la coordinación del Ejecutivo y en sus relaciones con otras instancias. Tiene fama de rigurosa y exigente, al punto que algunos de los ministros llegaron a quejarse de su dureza.
Un asunto importante es su fórmula vicepresidencial, que nunca debe olvidarse en los procesos electorales. Se trata de un peso pesado en la política brasileña, Michel Temer, congresista por muchos años y tres veces presidente de la Cámara de Diputados. Las relaciones con el Congreso y los sectores políticos tendrían en él a un apoyo importante.
Las razones del éxito
Todo indica que además del tema de género (sería la primera mujer en llegar a la Presidencia del Brasil), en la designación de la señora Rousseff como candidata del presidente Lula pesaron varias consideraciones fundamentales:
•La sensibilidad social y el camino de la equidad;
•El trabajo duro y la disciplina;
•La circunstancia de ser alguien "hecho a sí mismo";
•La competencia técnica;
•La afinidad con la actual administración y la continuación de sus políticas;
•Los buenos resultados obtenidos;
•El hecho de ser Brasil un país abierto al mundo: la señora Rousseff nació en Rumania y vivió un tiempo en Francia.
Para Lula, que comenzó como ella en la izquierda dura, que fue obrero metalúrgico, que trabajó un tiempo en otro país (en Córdoba, Argentina), y que es hombre hecho en la lucha sindical, la señora Rousseff surgió como una candidata casi lógica, semejante a él mismo y parte de un modelo al que quiere dar continuidad. Lula pudo imponerla en su partido, gracias a la enorme popularidad de sus políticas, en cuyo diseño y aplicación, ella participó en los últimos años. Todo indica que sería la persona más apropiada del entorno del presidente saliente, para desarrollar y profundizar políticas económicas, sociales y energéticas de gran magnitud.
Los grandes desafíos
Sin embargo, pese al éxito indudable de la economía y la política social bajo los gobiernos de Lula, existen múltiples temas pendientes:
•El analfabetismo es del 12 por ciento en el país;
•El desempleo ronda el 10 por ciento de la población económicamente activa, y el 58 por ciento corresponde a las mujeres;
•El intercambio con el exterior es voluminoso (del orden de 100 mil millones de dólares anuales en importaciones y exportaciones), pero per cápita es inferior al de otros países latinoamericanos;
•Brasil figura entre los 10 países más importantes del mundo, pero su tasa de competitividad internacional es aún relativamente baja para su magnitud. De acuerdo con el Foro de Economía Mundial, la máxima autoridad en esta materia, ocupa el puesto 58 en el mundo, por debajo de Chile, Costa Rica y Panamá, los tres países latinoamericanos que han encabezado ese "ranking" en los últimos años.
•Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, Brasil ocupa el puesto 75 en Desarrollo Humano, siendo el cuarto país latinoamericano después de Chile, México y Argentina.
•El entorno de sus grandes ciudades, y el Nordeste, son aún zonas de extrema pobreza.
Es de anotar, sin embargo, que en los últimos años de la administración Lula, se logró un avance muy importante, junto con Chile y Bolivia, en la reducción de la pobreza y la pobreza extrema. Pero aún hay mucho trabajo por hacer. De cualquier manera, todo parece indicar que con la señora Rousseff habría continuidad, con un énfasis muy fuerte en las políticas internas.
Brasil en el mundo
La política externa del Brasil, corresponde a los requerimientos internos y a la visión de un país que se perfila en la próxima década como uno de los tres grandes del mundo en crecimiento, junto con China e India.
El nuevo gobierno debe mejorar, el nivel de su mercado interno, la infraestructura y cohesión internas, y su presencia regional. En ese sentido puede esperarse un incremento de la actividad encaminada a concretar algunas de las aspiraciones más importantes en Suramérica en interconexión y desarrollo de infraestructura: carreteras, puertos, puentes y nuevas tecnologías de la información.
Con la señora Rousseff, Brasil le daría la mayor importancia a los temas energéticos. Bajo su eventual mandato seguramente se iniciará la explotación de los gigantescos yacimientos de petróleo en la zona marítima frente a Sao Paulo, Río y Santo Espíritu, que al parecer son los mayores de América Latina, continuará la exploración de yacimientos de petróleo y gas; se seguirá con la producción de biocombustibles en condiciones adecuadas para el desarrollo económico y social, aunque este asunto deberá ahora negociarse con el Partido Verde, si se quiere su votación para la segunda vuelta.
Seguramente las políticas económicas y sociales de la señora Rousseff podrían ser sensiblemente iguales a las del presidente Lula, pero se profundizarían en la medida en que la economía se vaya fortaleciendo después de la crisis mundial. Con una visión un tanto neokeynesiana, el mercado interno será el eje de sus proyectos de corto plazo. En el mediano plazo, la capacidad exportadora será crucial para el país.
Lo que puede esperarse
Así, pues, en un gobierno de la señora Rousseff podrían esperarse:
1. La continuación de la actividad política de centro y de centro-izquierda, con neo-keynesianismo dentro del país. El discurso social sería semejante al de Lula. Algunos analistas le temen al pasado político de la señora Rousseff, pero todo indica que se trata, como en otros casos, de alguien que ha venido desplazándose desde la extrema izquierda hasta las posiciones de centro-izquierda o izquierda moderada. Quizás Lula estuviera ligeramente más al centro, pero la señora Rousseff ha demostrado en las últimas décadas que está lejos de ser una política radical, si bien defiende sus ideas con firmeza.
2. Impulso decisivo a la producción petrolera, e incremento gradual de los prospectos petroleros y gasíferos, con actividad importante en promoción de biocombustibles.
3. Fortalecimiento de la actividad del Brasil en América del Sur y en dirección a los proyectos de la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR. Recordemos dos hechos singulares: el muy eficaz canciller de Lula, Celso Amorín, lo acompañó desde el comienzo de su gobierno, lo mismo que el operador internacional del PT y asesor presidencial en temas internacionales, Marco Aurelio García. Pero es sólo hasta 2005, cuando el acercamiento a Suramérica comenzó a acelerarse y terminó con acuerdos importantes entre los cuales vale la pena citar la UNASUR. Ese cambio de políticas desde mediados de 2005, coincide con la presencia de la señora. Rousseff en el Palacio de Planalto. Veremos en los próximos meses si esta hipótesis puede profundizarse, pero es un hecho altamente significativo. Quizás la señora Rousseff sea sensible a los temas de desarrollo regional dentro del Mercado Común del Sur, Mercosur, hasta hoy abandonados, si hacemos caso a lo que dicen sus dos socios menores, Uruguay y Paraguay.
4. Mayor énfasis en los contenidos sociales de los proyectos de desarrollo y en su relación con el mundo dentro de esa temática.
5. Una actividad sostenida en la ronda del milenio de la Organización Mundial del Comercio, OMC, que corresponde a las estrategias generales de la política exterior del Brasil.
6. No parece que fueran a darse mayores cambios en la política en relación con las grandes potencias. Un Brasil que se aproxima a China, India y Rusia, se perfila en los últimos años como la constante de la política exterior. No puede hablarse en los mismos términos de la Unión Europea, mientras en la misma continúe el proteccionismo por la vía de subsidios agrícolas y pecuarios, e incluso industriales.
7. Con alguien como la señora Rousseff en la Presidencia sería inconcebible hablar de un programa nuclear bélico en el país, tal como lo insinúan algunos analistas argentinos. La renuncia al mismo es una de las conquistas de la democracia luego de las dictaduras de los sesentas y setentas. La sola posibilidad de resucitar un programa de tal naturaleza, tendría un costo monumental en términos sociales y en las relaciones y la autoridad moral del país en Suramérica. Pero la señora Rousseff haría bien en aclarar la posición de su país frente a las pretensiones nucleares de otras naciones. Existe aquí un tema equívoco que debe precisarse, si se quiere hablar de paz mundial.
De la cárcel al poderEn resumen, bajo la señora Rousseff veríamos en Brasil un modelo social-demócrata diáfano, con énfasis en las políticas sociales y económicas dentro del país y una mayor aproximación a Suramérica. También, una gran actividad internacional, que vendría seguramente después de su segundo año de gobierno, una vez haya ganando seguridad y fortaleza en la parte internacional, que hasta el momento constituye un punto débil en su experiencia.
Por último, se puede recordar aquí un magnífico libro del historiador Emil Lengyel, publicado originalmente en 1964: "From Prison to Power" (editado más tarde en español por Bruguera). Figuraban allí personajes como Sukarno en Indonesia, Ben Bella en Argelia, Bourguiba en Túnez, Kenyatta, el "padre de la nación", en Kenya, y Makarios en Chipre. Teniendo en cuenta que lo importante no es que hayan estado en la cárcel sino que hayan gobernado de manera ejemplar, hoy valdría la pena incrementar el listado con estadistas de la talla de Gandhi en la India, Mandela en Sudáfrica, o Bachelet en Chile. Ojalá en unos años un nuevo libro de esta naturaleza pudiera incluir por sus ejecutorias a la señora Rousseff, en Brasil. Los ojos del mundo estarán atentos.
octubre 04, 2010
Brasil y su “dama de hierro”
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agosto 24, 2010
LA CALIDAD DE VIDA EN EL MUNDO: Los resultados medianos de América Latina
La Revista Newsweek publicó la semana pasada un importante artículo con resultados sobre calidad de vida en el mundo, incorporando algunos indicadores importantes como educación, salud, y dinamismo económico. El grupo latinoamericano tiene resultados variables, en general negativos, que se sintetizan a continuación. El número indicado es el lugar que cada país ocupa en el mundo (sobre 100), siendo los números pequeños, los de mejor standard, y los números más grandes, lo de resultados más deficientes.
La pregunta básica era la siguiente: "If you were born today, which country would provide you the very best opportunity to live a healthy, safe, reasonably prosperous, and upwardly mobile life?"
Veamos los datos a continuación (100 países considerados):
Ranking : Ranking General entre todos los países del mundo
Edu: Educación
Cal V: Calidad de vida
D Econ: Dinamismo económico
PAIS Ranking Edu Salud CalV D Econ
CHILE 30 51 26 47 24
CTA RICA 35 54 29 44 70
PANAMA 41 43 34 67 51
PERU 42 38 34 64 50
URUGUAY 44 58 34 43 84
MEXICO 45 69 34 54 60
ARGENTINA 46 80 34 52 75
JAMAICA 47 63 52 62 59
BRASIL 48 78 52 68 46
CUBA 50 20 29 32 72
DOMINICANA 55 60 61 65 67
COLOMBIA 62 67 42 81 63
ECUADOR 70 56 52 69 100
VENEZUELA 71 48 42 61 99
BOLIVIA 77 45 81 77 94
Sobresalen en la información los siguientes asuntos:
1) Los datos positivos de Chile y Costa Rica, los dos únicos países latinoamericanos que se encuentran entre los 35 mejor clasificados del mundo. De hecho, este informe confirma que Chile tiene los mejores indicadores latinoamericanos en general, y es el país más cercano a llegar a indicadores como país desarrollado en los próximos años. Los acuerdos políticos y económicos existentes en el país parecen haber dado resultados.
2) Los datos deficientes de Colombia, Ecuador y Venezuela. Ocupan los lugares 60, 70 y 71 respectivamente en el mundo.
3) La existencia de un grupo intermedio en el cual encontramos a México, Argentina y Brasil.
4) Es importante apreciar el progreso de Panamá y Perú en los últimos años. Han ascendido puestos representativos frente a estadísticas de hace una década. En Panamá, quizás por la estabilidad y las inversiones; en Perú, por la continuidad de políticas económicas atractivas durante más de una década.
5) Cuba sigue representando, los mejores indicadores en educación (el lugar No. 20 en el mundo). Es curioso que los resultados de Colombia, Brasil, México y Argentina sean muy deficientes (lugares 67, 78, 69 y 80). Ello es significativo, porque quiere decir que su posición de países intermedios en el continente, registra una disminución importante de sus indicadores de educación. Hay aquí una fuente de alarma.
6) Un hecho nuevo, son los resultados positivos en educación en Perú, Panamá y Bolivia (lugares 38, 43 y 45 respectivamente en el mundo). Muestra la existencia de posibles esfuerzos importantes en esta dirección.
7) En salud, los mejores resultados son los de Chile, Costa Rica y Cuba. Por su parte, República Dominicana sigue teniendo indicadores deficientes en esta materia.
8) En calidad de vida, Chile, Cuba y Costa Rica, encabezan los resultados. Son los únicos países latinoamericanos entre los 50 primeros. Sorprende el bajo indicador de Colombia (el país 81 en este tema, siendo el más bajo de los países latinoamericanos considerados).
9) En dinamismo económico, Chile es el único país latinoamericano ubicado entre los 30 primeros del mundo. Le siguen Brasil, Perú y Panamá.
10) Los indicadores en este aspecto son muy bajos para Venezuela y Ecuador (han ahuyentado la inversión extranjera). También son bajos los resultados del Uruguay, Argentina y Cuba.
Esas son las cifras del Newsweek Magazine. Sería necesario cotejarlas con las del Banco Mundial, las de la CEPAL, y las del Foro de Economía Mundial, para extraer de allí las consecuencias que sean del caso. Asunto a seguir, sin duda.
El link del artículo de Newsweek es el siguiente:
agosto 22, 2010
COLOMBIA-VENEZUELA: ES POSIBLE LA COOPERACION?
Publicado en Portafolio y en Portafolio.com. El 13 de Agosto de 2010 (Sección: Opinion:Análisis)
Lo que está en juego es la posibilidad de proyectos nacionales respetuosos de las diferencias, y que no impliquen injerencias inapropiadas directas o indirectas en los otros socios.Ha sido muy grata la reactivación, pese a las dificultades, de la relación con Venezuela. En relación con ella quisiera comentar algunos aspectos poco mencionados hasta ahora por los medios:
Ante todo, y además de diferencias de estilo, existe una cuestión de fondo que pone en evidencia lo que será la tendencia general de la política exterior colombiana del presidente Santos. La administración Uribe tenía una visión 'hobbesiana'de las relaciones internacionales: un mundo en el cual cada país lucha con los otros por la supervivencia o la hegemonía, y con escenarios persistentes de conflicto, a la manera del pensamiento predominante en Estados Unidos durante la era Bush (hijo). La seguridad, y más en concreto, la defensa, ocupaba el primer lugar en las preocupaciones gubernamentales, mientras que todos los demás temas estaban subordinados a la que se consideraba la intranquilidad suprema.
En cambio, para Santos, en parte debido a los avances durante el Gobierno anterior, la seguridad ocupa un lugar similar al de la profundización de la democracia y el equilibrio entre las ramas del poder público, la producción, el comercio y las inversiones; también pareciera que temas como el empleo y el impulso a la demanda y la concertación (política social y laboral) van a ser elementos centrales. En ese sentido, el nuevo Presidente estaría más inspirado por Rousseau o Smith y Ricardo, con una diferencia fundamental, consistente en que el desarrollo pareciera tender hacia un modelo productivo de creación de ventajas comparativas basadas en mayor valor agregado. Ello puede sintetizarse como: 'Colombia productor y exportador de manufacturas, y no sólo de commodities'. Las primeras implican una ganancia mucho mayor en el competitivo escenario global, y no hay que olvidar que el boom de las materias primas tenderá a ser menos determinante en el mediano plazo. En ese sentido, una Colombia con reglas democráticas claras, pero más semejante a Corea del Sur, los países del Asia Pacífico, o quizás a Chile, constituye un camino posible, pero a condición de incrementar la capacidad de innovación y de ubicar nichos de mercado en el mundo desarrollado y el de los países con mercados intermedios; y para ello es necesario atender tres frentes:
El primero, tener mercados para nuestros productos en los países con capacidad de compra y expansión de sus economías en el corto y mediano plazo. En este sentido, Venezuela en particular, y los países suramericanos en general, ofrecen posibilidades ya probadas de activación comercial. Antes de olvidarse la importancia crucial de la diplomacia en los dos países, el mercado venezolano representaba hasta 6 mil millones de dólares y cientos de miles de empleos en Colombia. Hemos descendido a 1.700 millones en promedio. Solucionar el asunto de los pagos pendientes, situación debida a las retenciones oficiales de divisas para los importadores venezolanos de productos colombianos, era y es fundamental. Por lo anterior, es explicable que el tema ocupe el primer lugar entre los cinco asuntos centrales tratados por los dos Presidentes.
Segundo, a partir de la tercera semana de abril de 2011, la normativa andina de libre comercio no regirá más para Venezuela, con lo cual todo nuestro comercio bilateral quedará expósito, sometido solamente a las normas muy genéricas de la OMC. No habiendo sido Venezuela admitida aún plenamente en el Mercosur, tampoco le son aplicables los Acuerdos de Complementación entre la CAN y dicho organismo (ACEs 59 y 60). Quedan pues 8 meses para negociar y poner en vigencia un acuerdo en esta materia. Este no fue posible entre los países andinos y Venezuela, así que lo procedente es sin duda un acuerdo binacional. No tiene sentido hablar de un posible Acuerdo de LibreComercio binacional, dado que esta denominación es rechazada de plano por el Gobierno venezolano. En consecuencia, los textos presidenciales hablan sabiamente de un acuerdo de complementación económica. Al final, quizás se parezca más a los acuerdos que se firmaban en la década de los ochenta, con pocos capítulos referidos a inversiones, flujos de capital o compras del Estado; o tal vez esté centrado en los temas de bienes y servicios, con algunas especificaciones sobre protección a inversiones a nivel binacional. Pero se trata de un asunto que no da espera. Está en juego la salud económica y social en Colombia, y el bienestar de la población en Venezuela.
Tercero, excelente también que se hayan puesto de nuevo sobre la mesa los temas sustanciosos de la infraestructura. La futura conexión fluvial departamento del Meta-Venezuela es una cara de la moneda del comercio estratégico en dirección a los grandes mercados del Pacífico, vía Buenaventura. Es este el mayor proyecto estratégico reciente del cual se habla en el norte de Suramérica. Proyectos de esta naturaleza pueden hacer cambiar la perspectiva de nuestras relaciones binacionales, tal como sucedió entre Francia y Alemania, las dos locomotoras de la construcción de la Unión Europea.
Finalmente, algunos analistas y políticos han comenzado a sugerir un esfuerzo para impulsar el regreso de Venezuela a la Comunidad Andina. El asunto no es fácil, máxime porque en la CAN existen dos visiones muy distintas sobre la política, la economía y la construcción de las sociedades: la de Colombia y Perú por un lado, y la de Ecuador y Bolivia por el otro. Es cierto que la tardanza previsible (por lo menos un par de años o más) del Congreso paraguayo en aprobar el ingreso de Venezuela a Mercosur hará que su participación en dicho grupo sea por ahora muy limitada. Pero de allí no puede colegirse automáticamente que el Gobierno Chávez tenga interés en regresar a la CAN. Valdría la pena intentar su vinculación como miembro asociado, tal y como lo son en este momento Chile y cada uno de los países de Mercosur. Sin embargo, un movimiento en esta dirección tendría que ser muy cuidadoso, y debería evaluar la integralidad de la agenda y el interés o la conveniencia o no del asunto para todos los países implicados.
En cuanto a los temas de seguridad, son sin duda sustanciales. Se rata aquí de fijar medidas, pasos y agendas precisas avanzando sobre los compromisos asumidos ahora por el gobierno venezolano. Obviamente, estos no pueden limitarse a las palabras. Lo que está en juego es la posibilidad de proyectos nacionales respetuosos de las diferencias, y que no impliquen injerencias inapropiadas directas o indirectas en los otros socios. Si se cumple esta expectativa, los acuerdos de esta semana podrían ser sostenibles en el tiempo.DIEGO CARDONA C. Universidad del Norte y Miembro de la Red Colombiana de Relaciones Internacionales, Redintercol.
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CHINA ES YA LA SEGUNDA ECONOMIA DEL MUNDO
El New York Times, en su edición del 16 de Agosto, ha publicado una extraordinaria noticia: China parece haberse convertido a partir del segundo trimestre del 2010, en la segunda economía del mundo en términos absolutos (no en términos de bienestar, por supuesto). Los datos son importantes: Tendría ahora un promedio de 5.32 trillones de dolls de producto anual, un poco mas de Japón, que tendría 5.12. Le seguiría Alemania.
Los datos son muy importantes, pero aún así, vale decir que son sus 14 trillones anuales, Estados Unidos tiene una economía casi equiparable a la de sus tres competidores juntos: China, Japón y Alemania. Este hecho es de suma importancia para el análisis de la economía mundial, pero ante todo lo es para las perspectivas de inserción, vistas desde América Latina. No olvidemos sin embargo, que como bien lo dice el artículo del NYT, los precios actuales y en el próximo futuro de los "commodities", dependen en gran medida del estado de la demanda China. Y aunque el artículo no lo diga, de India y en general del Asia sudoriental. Veamos a continuacióin lo sustancial del artículo citado:
China Passes Japan as Second-Largest Economy
SHANGHAI — After three decades of spectacular growth, China passed Japan in the second quarter to become the world’s second-largest economy behind the United States, according to government figures released early Monday. The milestone, though anticipated for some time, is the most striking evidence yet that China’s ascendance is for real and that the rest of the world will have to reckon with a new economic superpower.
The recognition came early Monday, when Tokyo said that Japan’s economy was valued at about $1.28 trillion in the second quarter, slightly below China’s $1.33 trillion. Experts say unseating Japan — and in recent years passing Germany, France and Great Britain — underscores China’s growing clout and bolsters forecasts that China will pass the United States as the world’s biggest economy as early as 2030. America’s gross domestic product was about $14 trillion in 2009 (3.5 trillion per quarter).
For Japan, whose economy has been stagnating for more than a decade, the figures reflect a decline in economic and political power. While Japan’s economy is mature and its population quickly aging, China is in the throes of urbanization and is far from developed, analysts say, meaning it has a much lower standard of living, as well as a lot more room to grow. Just five years ago, China’s gross domestic product was about $2.3 trillion, about half of Japan’s.
This country has roughly the same land mass as the United States, but it is burdened with a fifth of the world’s population and insufficient resources. Its per capita income is more on a par with those of impoverished nations like Algeria, El Salvador and Albania — which, along with China, are close to $3,600 — than that of the United States, where it is about $46,000.
This country has roughly the same land mass as the United States, but it is burdened with a fifth of the world’s population and insufficient resources. Its per capita income is more on a par with those of impoverished nations like Algeria, El Salvador and Albania — which, along with China, are close to $3,600 — than that of the United States, where it is about $46,000.
Yet there is little disputing that under the direction of the Communist Party, China has begun to reshape the way the global economy functions by virtue of its growing dominance of trade, its huge hoard of foreign exchange reserves and United States government debt and its voracious appetite for oil, coal, iron ore and other natural resources. China is already a major driver of global growth. The country’s leaders have grown more confident on the international stage and have begun to assert greater influence in Asia, Africa and Latin America, with things like special trade agreements and multibillion dollar resource deals. And while the United States and the European Union are struggling to grow in the wake of the worst economic crisis in decades, China has continued to climb up the economic league tables by investing heavily in infrastructure and backing a $586 billion stimulus plan.
This year, although growth has begun to moderate a bit, China’s economy is forecast to expand about 10 percent — continuing a remarkable three-decade streak of double-digit growth. “This is just the beginning,” said Wang Tao, an economist at UBS in Beijing. “China is still a developing country. So it has a lot of room to grow. And China has the biggest impact on commodity prices — in Russia, India, Australia and Latin America.”
China is also locked in a fierce debate over its currency policy, with the United States, European Union and others accusing Beijing of keeping the Chinese currency, the renminbi, artificially low to bolster exports — leading to huge trade surpluses for China but major bilateral trade deficits for the United States and the European Union. China says that its currency is not substantially undervalued and that it is moving ahead with currency reform.
Regardless, China’s rapid growth suggests that it will continue to compete fiercely with the United States and Europe for natural resources but also offer big opportunities for companies eager to tap its market. Although its economy is still only one-third the size of the American economy, China passed the United States last year to become the world’s largest market for passenger vehicles. China also passed Germany last year to become the world’s biggest exporter, and it is already the primary determiner of the price of virtually every major commodity.
Global companies like Caterpillar, General Electric, General Motors and Siemens — as well as scores of others — are making a more aggressive push into China, in some cases moving research and development centers there. Some analysts, though, say that while China is eager to assert itself as a financial and economic power — and to push its state companies to “go global” — it is reluctant to play a greater role in the debate over climate change or how to slow the growth of greenhouse gases. China passed the United States in 2006 to become the world’s largest emitter of greenhouse gases, which scientists link to global warming.
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agosto 18, 2010
EL G-20, LA IMPORTANCIA DE UN FORO MUNDIAL
La reunión de Junio de 2010 del gran Foro mundial fué más importante de lo que algunos suponen. Los pesimistas esperarían que cada una de estas grandes reuniones internacionales solucionen por sí mismas, los grandes problemas mundiales. Sabemos que eso no es posible y que se trata de hitos en el curso de largos procesos. Veamos los avances y temas pendientes de la más reciente reunión del Montreal.
Diego Cardona C
Publicado originalmente en la revista digital "Razón Pública".
Hace varias semanas, el 26 y 27 de Junio, tuvo lugar en Toronto, Canadá, la Cuarta Cumbre del G-20. Es esta, con mucho, la más importante Reunión Cumbre (es decir, de Jefes de Estado) transcurrida en lo que va corrido del presente año. En primer lugar es necesario saber quiénes son los Miembros del G-20. En general, son parte del mismo, los países más industrializados del mundo y algunas de las más importantes potencias medias del planeta.
La distribución geográfica es amplia, lo cual le da mayor fuerza aún: En efecto, pertenecen al G-20 los tres países de América del Norte (EEUU, Canadá y México), cinco actores europeos (Unión Europea como tal, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia), una potencia Eurasiática (Rusia), cinco países asiáticos (China, India, Corea, Turquía, Arabia Saudita, Indonesia), tres latinoamericanos (Brasil, Argentina, y México ya nombrado), dos de Oceanía (Australia y Nueva Zelanda) y un africano (Sudáfrica). Trátese de temas económicos o políticos, la importancia del Foro no puede ser soslayada en el mundo contemporáneo.
Tres asuntos importantes debemos tener en cuenta en relación con el G-20:
El peso del Grupo de los 20
En primer lugar, el hecho de que el mismo represente aproximadamente el 75% del peso económico mundial. Inicialmente se trató de un foro sólamente deliberante, pero ha ido evolucionando gradualmente hacia acuerdos programáticos de la mayor importancia. Su énfasis ha sido el financiero y el económico en general, y es hoy día el Foro más importante para el análisis de la crisis global y los mecanismos internacionales que garantizar una salida de la misma. Es tal el peso del Grupo, que a sus reuniones Cumbres asisten como Invitados más relevantes, las cabezas de la ONU, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, y la Organización Mundial de Comercio.
Grupo económico? O político?El G-20 se creó realmente en 1999 (hace solo una década), como una manera de intentar afrontar los efectos negativos de la crisis económica que se desató en Asia sudoriental en 1997, pero que terminó afectando al resto del mundo, por lo menos hasta 2002. En sus inicios, fue concebido como un Foro de los Ministros de Economía, y los gobernadores de los Bancos Centrales. Es decir, con un propósito más bien de carácter técnico a alto nivel. Sin embargo, desde 2008 ha comenzado a efectuar reuniones Cumbres, es decir de Jefes de Estado y de Gobierno. Es ingenuo pensar que los Jefes de Estado de los países más importantes del mundo puedan reunirse para hablar solo de temas financieros o económicos en sentido amplio. Es inevitable que cada vez más, los referentes políticos aparezcan en las actuales y las futuras reuniones del Grupo. A fin de cuentas, pareciera que por la vía del G-20 se quiere concentrar algunas de las discusiones sobre el mundo del futuro, para hacerlas más operativas y efectivas. No es la democracia amplia aunque imperfecta de la Asamblea General de Naciones Unidas, eso es claro. También es cierto que aglutina solo a representantes de los Estados, con exclusión de otros actores internacionales, pero se trata de un grupo con gran capacidad de decisión.
La asimetría entre países desarrollados y países en desarrolloEs necesario tener en cuenta que dentro del grupo existe una importante asimetría. Sus reuniones cumbres, son precedidas en la medida de lo posible por reuniones del G-8 (EEUU, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Rusia). El complejo problema del G-8 es la ausencia de China. Pero por el momento, las reuniones previas del G-8 implican debates y consensos previos a las reuniones del G-20, tanto en lo económico como en lo político. No existe, lamentablemente, por parte de los países en desarrollo que forman parte del Foro de los 20, un mecanismo semejante de concertación previa que permita un cierto equilibrio en el gran foro.
El peso del Grupo de los 20
En primer lugar, el hecho de que el mismo represente aproximadamente el 75% del peso económico mundial. Inicialmente se trató de un foro sólamente deliberante, pero ha ido evolucionando gradualmente hacia acuerdos programáticos de la mayor importancia. Su énfasis ha sido el financiero y el económico en general, y es hoy día el Foro más importante para el análisis de la crisis global y los mecanismos internacionales que garantizar una salida de la misma. Es tal el peso del Grupo, que a sus reuniones Cumbres asisten como Invitados más relevantes, las cabezas de la ONU, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, y la Organización Mundial de Comercio.
Grupo económico? O político?El G-20 se creó realmente en 1999 (hace solo una década), como una manera de intentar afrontar los efectos negativos de la crisis económica que se desató en Asia sudoriental en 1997, pero que terminó afectando al resto del mundo, por lo menos hasta 2002. En sus inicios, fue concebido como un Foro de los Ministros de Economía, y los gobernadores de los Bancos Centrales. Es decir, con un propósito más bien de carácter técnico a alto nivel. Sin embargo, desde 2008 ha comenzado a efectuar reuniones Cumbres, es decir de Jefes de Estado y de Gobierno. Es ingenuo pensar que los Jefes de Estado de los países más importantes del mundo puedan reunirse para hablar solo de temas financieros o económicos en sentido amplio. Es inevitable que cada vez más, los referentes políticos aparezcan en las actuales y las futuras reuniones del Grupo. A fin de cuentas, pareciera que por la vía del G-20 se quiere concentrar algunas de las discusiones sobre el mundo del futuro, para hacerlas más operativas y efectivas. No es la democracia amplia aunque imperfecta de la Asamblea General de Naciones Unidas, eso es claro. También es cierto que aglutina solo a representantes de los Estados, con exclusión de otros actores internacionales, pero se trata de un grupo con gran capacidad de decisión.
La asimetría entre países desarrollados y países en desarrolloEs necesario tener en cuenta que dentro del grupo existe una importante asimetría. Sus reuniones cumbres, son precedidas en la medida de lo posible por reuniones del G-8 (EEUU, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Rusia). El complejo problema del G-8 es la ausencia de China. Pero por el momento, las reuniones previas del G-8 implican debates y consensos previos a las reuniones del G-20, tanto en lo económico como en lo político. No existe, lamentablemente, por parte de los países en desarrollo que forman parte del Foro de los 20, un mecanismo semejante de concertación previa que permita un cierto equilibrio en el gran foro.
En la práctica, los grandes acuerdos del G8 tienen así un peso enorme en los debates y los documentos posteriores del G-20. Es cierto que existe nominalmente un grupo multilateral para trabajar los temas financieros y económicos generales por parte de los países en desarrollo (el llamado G-24, en el cual hay 7 países latinoamericanos (Brasil, México, Argentina, Colombia, Venezuela, Perú, Guatemala); pero desafortunadamente este grupo se ha limitado a reuniones técnicas (ministeriales y de otros funcionarios), sin el peso político que sería necesario para jugar como actor importante en el escenario mundial.
Los resultados de la Cumbre de TorontoAnte todo, es necesario examinar los antecedentes y el marco general de la Reunión Cumbre: El año 2008 trajo consigo el inicio de la fuerte crisis en los Estados Unidos, seguida de graves dificultades económicas en Europa, y de repercusiones variables aunque negativas en el resto del mundo. Es así como por iniciativa Europea, se efectuó la Cumbre de Washington en Noviembre de 2008, la cual produjo un resultado importante:
Los resultados de la Cumbre de TorontoAnte todo, es necesario examinar los antecedentes y el marco general de la Reunión Cumbre: El año 2008 trajo consigo el inicio de la fuerte crisis en los Estados Unidos, seguida de graves dificultades económicas en Europa, y de repercusiones variables aunque negativas en el resto del mundo. Es así como por iniciativa Europea, se efectuó la Cumbre de Washington en Noviembre de 2008, la cual produjo un resultado importante:
Los países tratarían de evitar el proteccionismo nacionalista, se implementarían medidas por parte de cada país para paliar la crisis, y se efectuarían reuniones subsiguientes de seguimiento e implementación. Se estaba consciente del hecho de que la crisis era la más fuerte desde 1929, y que produjo la mayor declinación del comercio en 70 años. Un año más tarde, en Pittsburgh, y dada la amplitud mundial de la crisis, se decidió incorporar a los países en desarrollo más importantes en los consensos, y se comenzó a desplazar el debate económico, del G-8 al G-20.
Fue en la reunión de Pittsburgh en la cual se mostró que existía un acuerdo para propiciar un marco general que pudiera ser propicio para el crecimiento balanceado y sostenible.
El tema central de la Cumbre
La Cumbre del G-20 en Toronto, tuvo como tema central, la preocupación por cómo afrontar la crisis económica global. Frente al asunto, los Jefes de Estado y de Gobierno, insistieron en que la recuperación es aún frágil, por lo cual se requiere un trabajo arduo, tratando de no disminuir los estímulos existentes. En especial, resaltaron que deben crearse condiciones para una demanda robusta. Los estímulos pueden tener. Obviamente, un componente neo-keynesiano. A ello, han añadido consideraciones sobre las condiciones que deben darse en los próximos meses: En la parte financiera y empresarial, la necesidad de una reforma y fortalecimiento de los sistemas financieros, y que el crecimiento sea global, y tienda a ser sostenible y balanceado.
El tema central de la Cumbre
La Cumbre del G-20 en Toronto, tuvo como tema central, la preocupación por cómo afrontar la crisis económica global. Frente al asunto, los Jefes de Estado y de Gobierno, insistieron en que la recuperación es aún frágil, por lo cual se requiere un trabajo arduo, tratando de no disminuir los estímulos existentes. En especial, resaltaron que deben crearse condiciones para una demanda robusta. Los estímulos pueden tener. Obviamente, un componente neo-keynesiano. A ello, han añadido consideraciones sobre las condiciones que deben darse en los próximos meses: En la parte financiera y empresarial, la necesidad de una reforma y fortalecimiento de los sistemas financieros, y que el crecimiento sea global, y tienda a ser sostenible y balanceado.
El crecimiento se concibe vinculado al crecimiento global, y no solo al de unos pocos países, lo cual tiene importancia indudable en los análisis que sobre el sector industrial y financiero se puedan efectuar desde el mundo en desarrollo. Se mencionan como tareas importantes, el propiciar el incremento del ahorro nacional, el mantenimiento de las economías abiertas, y la ampliación de la competitividad exportadora. Sin embargo, se reconoce, asunto de la mayor importancia, que el crecimiento sostenible (hablan de “crecimiento” y no de “desarrollo”) debe basarse en los próximos años, más en las fuentes domésticas que en la demanda externa.
Y en el componente laboral, se insiste en la necesidad de la creación y crecimiento de una oferta de trabajo de calidad, reafirmando también la importancia de tres tareas fundamentales: a) Profundizar las estrategias acordadas por la Organización Internacional del Trabajo, con la OCDE; b) Recoger las conclusiones de la reunión de Ministros de Trabajo en Abril de 2010; c) Tener como propósito básico, el “crecimiento del trabajo y la protección social de los trabajadores”.
El gran reto: Cómo estimular la demanda con reducción del gasto fiscalEl desafío más importante que ha surgido de la Cumbre del G-20 en Toronto, es el siguiente: Los países no pudieron ponerse de acuerdo en un fondo de estabilización financiado con la tasación a las transacciones financieras, tal como lo solicitaban EEUU y algunos de los países Europeos (en especial Francia). Tampoco existen aún acuerdos concretos en materia de cuáles serían las regulaciones apropiadas frente al sector financiero, y qué intensidad tendrían algunas medidas eventuales.
El gran reto: Cómo estimular la demanda con reducción del gasto fiscalEl desafío más importante que ha surgido de la Cumbre del G-20 en Toronto, es el siguiente: Los países no pudieron ponerse de acuerdo en un fondo de estabilización financiado con la tasación a las transacciones financieras, tal como lo solicitaban EEUU y algunos de los países Europeos (en especial Francia). Tampoco existen aún acuerdos concretos en materia de cuáles serían las regulaciones apropiadas frente al sector financiero, y qué intensidad tendrían algunas medidas eventuales.
Pero parece existir un acuerdo para reducir el déficit fiscal a la mitad en cada país de aquí a 2013, y una reducción también de la deuda en relación con el PIB. Es cierto que dichas reducciones, no se dan en números absolutos sino proporcionales; pero ello implica que existen tres alternativas: o se reducen los gastos, o se paga la deuda, o se incrementa el PIB. Una reducción de gasto fiscal en abstracto, provocaría problemas sociales muy complejos en EEUU, Europa y Japón, a más de los países de mayor desarrollo relativo del mundo no industrializado; ello sin contar con el impacto desastroso en los países de menores ingresos. Un pago de la buena parte de la deuda solo sería posible con un incremento muy grande de los ingresos y de las reservas nacionales, lo cual no procede en tiempos de crisis.
A lo que aspiran los miembros del G-20 es al parecer, a un incremento de la producción, el comercio y el consumo, con lo cual se produciría un incremento importante del PIB. Si los datos de referencia son los de 2009, ello sería posible en parte, pero constituye una apuesta fuerte y optimista. La realidad para 2013 podría ser diferencial, según los países que se analicen. Por otra parte, dada la crisis, el costo social podría ser también diferencial por estratos socio-económicos, con lo cual un incremento del PIB no necesariamente se expresaría en un mejor reparto interno.
La necesidad de las metas socialesPor lo anterior, la reunión de Toronto ha insistido en que debe otorgarse la mayor importancia a algunos de los temas sociales y relacionados, entre los cuales se citan:
La necesidad de las metas socialesPor lo anterior, la reunión de Toronto ha insistido en que debe otorgarse la mayor importancia a algunos de los temas sociales y relacionados, entre los cuales se citan:
1) Lograr las metas del Milenio de NNUU para 2015: Como se ha dicho, un avance en esta dirección en tiempos de prosperidad mundial, sería lento. El asunto será más complejo en tiempos de crisis, lo cual puede requerir medidas especiales en cada país. No es que los recursos mundiales lo impidan; es que las políticas deben ser afinadas para tomar en consideración estas metas que representan parte de los más nobles ideales de la dignidad humana.
2) Consideración especial para los “Países menos adelantados”: Este ítem requeriría un impulso a la cooperación para el desarrollo. En tiempos de crisis, la presión interna en cada país, será hacia atender a sus propios ciudadanos, y a “desviar” hacia adentro, recursos que en otras condiciones hubieran podido fluir “hacia afuera”.
3) Mayor responsabilidad en las explotaciones petroleras, y atención a los proyectos energéticos: El incidente del pozo en el Golfo de México, parece estar impactando la conciencia ambiental en los EEUU, lo cual puede producir algunos cambios de posición en el futuro próximo, aunque ellos serán seguramente muy puntuales.
4) Importancia del desarrollo (por crecimiento de la demanda): Se decidió establecer un Grupo de Trabajo sobre el Desarrollo con tareas concretas: promoción del desarrollo económico, agenda del desarrollo, y planes de acción multi-anuales. Este tema es de la mayor importancia: Representa el primer reconocimiento, a nivel global, de que la salida de la crisis, si se quiere que sea sostenible, requiere no solo algún grado de regulación, sino una política de activación de la demanda. En ese sentido, es un reconocimiento formal a las limitaciones del neoliberalismo de los noventa, y sobre la necesidad de implementar medidas cercanas al neo-keynesianismo. No significa este grupo de trabajo, sin embargo, una vuelta al Estado benefactor: se trataría más bien de una especie de promoción neo-keynesiana de las iniciativas individuales.
Vino viejo? Vino nuevo?
La Cumbre del G-20 en Toronto, nos ha traído, pues, algunos elementos nuevos y otros tradicionales. Entre los primeros, tenemos la presencia de los temas sociales por la vía de la necesaria activación de la demanda, y la necesidad mencionada de un marco regulatorio sólido con fuertes medidas y standares de transparencia; también, la necesidad de supervisión efectiva del mundo financiero (aunque se no se especifica el cómo ni el quién); todo ello, sin olvidar la necesidad de trabajar hacia la búsqueda de soluciones de mediano y largo plazo por la vía de las Instituciones Sistémicas (ruptura interesante con la vieja idea de que el mercado se regulaba por si solo). También es simbólico el llamado a la cancelación de la deuda de Haití, comenzando por la efectuada por el FMI, y un llamado a provisiones para la reconstrucción del país; de paso es el único caso citado en la Declaración Final.
En cuanto a los temas tradicionales, se reforzó la importancia del FMI el cual según la Declaración de Toronto, tendría hoy una fuerte legitimidad, credibilidad y efectividad. Por otra parte, las iniciativas sobre seguridad alimentaria se limitan al impulso a la innovación para el sector privado. Se insistió también en la importancia de la continuación de negociaciones de la Ronda Doha, en la próxima reunión de Seul, si bién nada se dice sobre los subsidios a la producción en el mundo desarrollado, por ejemplo. Finalmente, asunto importante se insistió en que “la corrupción afecta la integridad de los mercados, la competencia leal, distorsiona la localización de los recursos, destruye la confianza pública y mina el rol de la ley”. Por ello, la Declaración hace un llamado a que todos los miembros del G-20 ratifiquen la Convención Mundial de NNUU contra la corrupción.
En resumen, fue la de Toronto una reunión de los países más importantes del mundo. El Grupo de los 20 va adquiriendo importancia no solo económica sino política. Es notable el reconocimiento de la necesidad de regulaciones y transparencia en las transacciones financieras internacionales, y el hecho de que se reconozca de manera expresa que la reactivación sostenible solo es posible con una activación fuerte de la demanda, lo cual implica por supuesto capacidad de compra. No se pretende la vuelta al Estado de bienestar, pues se quiere reducir drásticamente los déficit fiscales, pero parece estar atrás la vieja idea de que los mercados se regulan por si solos. Será necesario estar atentos a los desarrollos de la Cumbre de Seul en Noviembre del presente año. El G-20 será dirigido por Francia en el 2011, y por México en el 2012. Para un país como Colombia, será necesario efectuar las gestiones diplomáticas de rigor, a fin de hacerse invitar a las reuniones futuras, tal como sucedió en la de Toronto. Las posibilidades de presencia y de “lobby” en estos foros son formidables para cualquier país en desarrollo. Esta tarea, va de la mano con el acercamiento necesario a la OCDE, cuyos vasos comunicantes con el G-20 son evidentes.
Glosario:
G-8: Compuesto por siete de los países más industrializados del mundo, más Rusia. Solo China está ausente entre sus miembros importantes.
G-20: El G-8, más buena parte de las llamadas potencias medianas, y la Unión Europea como tal. Por distribución geográfica:
a) Americanos: EEUU, Canadá, México, Brasil.
b) Europeos: Rusia, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Unión Europea como tal.
c) Asiáticos: China, Japón, India, Corea, Indonesia, Arabia Saudita y Turquía.
d) Por África: Sudáfrica.
e) De Oceanía: Australia y Nueva Zelanda.
G-24: Agrupación de países en desarrollo. De carácter técnico, dedicado a temas financieros:
a) Americanos: Brasil, México, Argentina, Colombia, Venezuela, Perú, Guatemala, Trinidad-Tobago.
b) Asiáticos: China, India, Pakistán, Filipinas, Sri Lanka.
c) Del Medio Oriente: Egipto, Irán, Argelia, Siria, Líbano.
d) Africanos: Sudáfrica, Nigeria, Costa de Marfil, Ghana, Congo, Gabón, Etiopía
OCDE: Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo. Agrupa a 31 países entre los cuales se encuentran aproximadamente 15 entre los más desarrollados del mundo. Solo México y Chile pertenecen por América Latina. El ingreso a la Organización constituye una de las prioridades de política exterior de la próxima administración colombiana. La OCDE es presidida actualmente por el exCanciller mexicano Angel Gurría.
Vino viejo? Vino nuevo?
La Cumbre del G-20 en Toronto, nos ha traído, pues, algunos elementos nuevos y otros tradicionales. Entre los primeros, tenemos la presencia de los temas sociales por la vía de la necesaria activación de la demanda, y la necesidad mencionada de un marco regulatorio sólido con fuertes medidas y standares de transparencia; también, la necesidad de supervisión efectiva del mundo financiero (aunque se no se especifica el cómo ni el quién); todo ello, sin olvidar la necesidad de trabajar hacia la búsqueda de soluciones de mediano y largo plazo por la vía de las Instituciones Sistémicas (ruptura interesante con la vieja idea de que el mercado se regulaba por si solo). También es simbólico el llamado a la cancelación de la deuda de Haití, comenzando por la efectuada por el FMI, y un llamado a provisiones para la reconstrucción del país; de paso es el único caso citado en la Declaración Final.
En cuanto a los temas tradicionales, se reforzó la importancia del FMI el cual según la Declaración de Toronto, tendría hoy una fuerte legitimidad, credibilidad y efectividad. Por otra parte, las iniciativas sobre seguridad alimentaria se limitan al impulso a la innovación para el sector privado. Se insistió también en la importancia de la continuación de negociaciones de la Ronda Doha, en la próxima reunión de Seul, si bién nada se dice sobre los subsidios a la producción en el mundo desarrollado, por ejemplo. Finalmente, asunto importante se insistió en que “la corrupción afecta la integridad de los mercados, la competencia leal, distorsiona la localización de los recursos, destruye la confianza pública y mina el rol de la ley”. Por ello, la Declaración hace un llamado a que todos los miembros del G-20 ratifiquen la Convención Mundial de NNUU contra la corrupción.
En resumen, fue la de Toronto una reunión de los países más importantes del mundo. El Grupo de los 20 va adquiriendo importancia no solo económica sino política. Es notable el reconocimiento de la necesidad de regulaciones y transparencia en las transacciones financieras internacionales, y el hecho de que se reconozca de manera expresa que la reactivación sostenible solo es posible con una activación fuerte de la demanda, lo cual implica por supuesto capacidad de compra. No se pretende la vuelta al Estado de bienestar, pues se quiere reducir drásticamente los déficit fiscales, pero parece estar atrás la vieja idea de que los mercados se regulan por si solos. Será necesario estar atentos a los desarrollos de la Cumbre de Seul en Noviembre del presente año. El G-20 será dirigido por Francia en el 2011, y por México en el 2012. Para un país como Colombia, será necesario efectuar las gestiones diplomáticas de rigor, a fin de hacerse invitar a las reuniones futuras, tal como sucedió en la de Toronto. Las posibilidades de presencia y de “lobby” en estos foros son formidables para cualquier país en desarrollo. Esta tarea, va de la mano con el acercamiento necesario a la OCDE, cuyos vasos comunicantes con el G-20 son evidentes.
Glosario:
G-8: Compuesto por siete de los países más industrializados del mundo, más Rusia. Solo China está ausente entre sus miembros importantes.
G-20: El G-8, más buena parte de las llamadas potencias medianas, y la Unión Europea como tal. Por distribución geográfica:
a) Americanos: EEUU, Canadá, México, Brasil.
b) Europeos: Rusia, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Unión Europea como tal.
c) Asiáticos: China, Japón, India, Corea, Indonesia, Arabia Saudita y Turquía.
d) Por África: Sudáfrica.
e) De Oceanía: Australia y Nueva Zelanda.
G-24: Agrupación de países en desarrollo. De carácter técnico, dedicado a temas financieros:
a) Americanos: Brasil, México, Argentina, Colombia, Venezuela, Perú, Guatemala, Trinidad-Tobago.
b) Asiáticos: China, India, Pakistán, Filipinas, Sri Lanka.
c) Del Medio Oriente: Egipto, Irán, Argelia, Siria, Líbano.
d) Africanos: Sudáfrica, Nigeria, Costa de Marfil, Ghana, Congo, Gabón, Etiopía
OCDE: Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo. Agrupa a 31 países entre los cuales se encuentran aproximadamente 15 entre los más desarrollados del mundo. Solo México y Chile pertenecen por América Latina. El ingreso a la Organización constituye una de las prioridades de política exterior de la próxima administración colombiana. La OCDE es presidida actualmente por el exCanciller mexicano Angel Gurría.
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Toronto
junio 30, 2010
LA CUMBRE AMERICA LATINA - UNION EUROPEA
Publicado en la Revista digital "Razón Pública", el 24 de Mayo de 2010.
Más allá de lo que vieron los medios, pueden percibirse logros y redefiniciones en la relación entre la Unión Europea y los distintos países de América Latina.
Ha culminado otra Cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina con sus pares de la Unión Europea (UE). En este tipo de reuniones, es útil considerar dos clases de hechos y sus resultados: por una parte, los relacionados con la reunión propiamente dicha; y, por otra, los encuentros informales que sostienen grupos pequeños de mandatarios o de países. Comienzo por estos últimos porque esta vez, como suele ocurrir, produjeron los frutos más relevantes.
El acuerdo de la UE con Colombia y PerúDebemos entender que la UE no ha firmado "acuerdos de libre comercio" en los últimos años. Lo que firma son Acuerdos de Asociación o de cuarta generación, que incluyen Diálogo Político, Cooperación, y Acuerdos Comerciales, con vasos comunicantes muy importantes entre las tres partes. En el caso de los países andinos, existe un Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación, firmado hace varios años. Este no ha sido aún ratificado por todos los países de la UE, pero es de esperar que lo sea antes de un par de años. Así, los negociadores supusieron que esos capítulos estaban prácticamente acordados, y no han querido reabrir esas temáticas. Se concentraron en los temas comerciales, lo cual es una novedad para los negociadores europeos, y lo hicieron finalmente con dos de los países andinos, después de haber intentado preservar, infructuosamente, la unidad entre los cuatro países miembros de la CAN. En efecto, los gobiernos de Ecuador y Bolivia, tienen ahora políticas proteccionistas y están incluso elevando aranceles; no son en general, partidarios de los acuerdos de libre comercio. Para Perú y Colombia, por el contrario, el modelo es semejante al mexicano o el chileno, vale decir la atracción de inversiones por la vía de acuerdos de libre comercio con un número muy importante de países del mundo.
Así, para los países andinos, la firma del acuerdo implica una dualidad. De un lado es dolorosa porque demuestra que la Comunidad Andina de Naciones (CAN) no puede avanzar más en materias comerciales: no fue posible un acuerdo entre los cuatro países para negociar con los 27 socios de la UE. Pero Colombia y Perú avanzaron en su camino de apertura global: acuerdos semejantes se han firmado con una decena de países latinoamericanos, más Estados Unidos y Canadá, y ahora con los 27 miembros de la UE. El paso siguiente parece claro: apertura hacia el Pacifico, más avanzada en el caso peruano, pero en la mira de las necesidades de Colombia bajo el próximo gobierno, cualquiera que él sea. Por otra parte, el asunto con la UE plantea una rara paradoja: un acuerdo de diálogo político y cooperación que podría entrar en vigencia con los cuatro países andinos, pero al mismo tiempo un acuerdo comercial que operaría sólo con Colombia y Perú.
En términos políticos y estratégicos, internacionales y nacionales, el acuerdo con la UE era tan importante para el gobierno colombiano, que las presiones de un gremio (FEDEGÁN, en este caso) no hubieran podido impedir ni retrasar su firma por parte del presidente Uribe. Seguramente FEDEGÁN acabará por obtener una serie de compensaciones del tipo de las otorgadas al sector agrícola, con dos diferencias significativas: (a) por razones de "timming", el impacto electoral sería mucho menor que el de "Agro Ingreso Seguro" (AIS), y (b) será difícil que los que más tienen obtengan la parte sustanciosa del pastel, como sucedió con AIS. Pero es casi seguro que los ganaderos tendrán algún mecanismo de compensación o de regulación que equilibre o impida el ingreso de leche en polvo desde Europa. En cuanto a carne, Europa no exporta sino todo lo contrario; y en lo relativo a leche líquida, los costos de producción y transporte son tales que los europeos no podrían competir en los mercados andinos, por lo cual el tema no es materia de discusión.
En cualquier caso, la ratificación del acuerdo puede tener algunas complicaciones en el caso de los países europeos, en particular por la presión de algunas ONGs y sectores políticos y sociales que ven con preocupación la situación de Derechos Humanos en Colombia. También se opondrán algunos sectores que simpatizan con el modelo del gobierno venezolano o el boliviano, o que antipatizan con el gobierno colombiano actual. De todas formas, los últimos deben ser aproximadamente una cuarta parte del Parlamento Europeo. Los primeros son más, sobre todo si consideramos que los europeos en general, incluyendo los representantes de las corrientes políticas más representativas en las instancias comunitarias, otorgan una importancia capital a los Derechos Humanos.
Los acuerdos con Centroamérica
En cuanto a los centroamericanos, sucedió un hecho notable: se firmó con ellos un Acuerdo de Asociación que constituye el primer acuerdo de esta naturaleza firmado por los europeos con otra región del mundo. Muy posiblemente veremos una ratificación muy rápida de dicho Acuerdo, y un consiguiente aumento del comercio y la cooperación entre la UE y Centroamérica.
Con la firma de dicho instrumento habría ya una línea de países que va desde México hasta Chile, en el área del Pacifico -con la sola excepción del Ecuador- con acuerdos firmados (algunos en vigencia) con Estados Unidos, Canadá y los 27 países de la UE. La mayor parte de ellos tienen también acuerdos vigentes o en negociación con los países del Asia Pacifico. Se trata de un gran avance en el proceso de inserción internacional, por lo menos en su parte normativa; lo demás corresponde a la estructura de las economías, los nichos de mercado y la capacidad negociadora de los países y las empresas, así como a la capacitación de la población y las políticas de competitividad.
La sorpresa inicial del MERCOSUR
Hace casi una década se iniciaron las negociaciones para un Acuerdo de Asociación entre la UE y el MERCOSUR. Estas conversaciones se frenaron en su momento por un diferendo Norte-Sur que también ha frenado la Ronda del Milenio dentro de la Organización Mundial de Comercio (OMC): de un lado, los subsidios abiertos o camuflados que otorgan los países desarrollados a la agricultura, la ganadería y la pesca -cuando no a sus productos industriales- y de otro lado los temas de propiedad intelectual (software, marcas y patentes, química farmacéutica) de enorme sensibilidad para los países del Norte.
Hace casi una década se iniciaron las negociaciones para un Acuerdo de Asociación entre la UE y el MERCOSUR. Estas conversaciones se frenaron en su momento por un diferendo Norte-Sur que también ha frenado la Ronda del Milenio dentro de la Organización Mundial de Comercio (OMC): de un lado, los subsidios abiertos o camuflados que otorgan los países desarrollados a la agricultura, la ganadería y la pesca -cuando no a sus productos industriales- y de otro lado los temas de propiedad intelectual (software, marcas y patentes, química farmacéutica) de enorme sensibilidad para los países del Norte.
Se había dado por sentado que ese diferendo tendría que despejarse en Doha y en las reuniones subsiguientes, antes de volver a llevarlo a los acuerdos sub-regionales. Pero como parece existir un estancamiento en las conversaciones globales, los principales actores (en este caso algunos miembros de la UE, Brasil y Argentina) habrían llegado a la conclusión de que debían intentar algunas aproximaciones, así no sean tan ambiciosas, por la vía del entendimiento UE-MERCOSUR.
Si existe la voluntad de avanzar, así sea hacia una meta mediana, sería posible cerrar rápidamente las negociaciones con un Acuerdo en el cual la Cooperación y el Diálogo político sean muy importantes, y con algunos avances en cuanto al comercio. Si por el contrario, se pretende que el acuerdo sea ambicioso y omnicomprensivo, las negociaciones volverían a estancarse en el curso de pocos meses.
El factor VenezuelaSin embargo debe notarse que el único requisito pendiente para el ingreso pleno de Venezuela al MERCOSUR, después de tres años de espera, es la aprobación por parte del Congreso de Paraguay, dado que ya se produjo la del Congreso brasileño. No parece posible que dicha aprobación se pueda producir en el curso de los próximos meses; pero podría darse eventualmente en 2011 o 2012.
Una vez Venezuela ingrese plenamente, cualquier negociación del MERCOSUR con los europeos se vería paralizada. Como sabemos, el actual gobierno de Venezuela es enemigo acérrimo de cualquier acuerdo que implique libre comercio. A fin de cuentas, su petróleo se compra ávidamente en los mercados mundiales, con independencia de su precio (y de su calidad inferior al West Texas Standard). Más que por una razón política (que se esgrime en el argumento), Venezuela no necesita acuerdos de libre comercio por la estructura de su economía. En estas circunstancias, tanto los europeos, como los miembros actuales del MERCOSUR tienen un tiempo limitado para sus acuerdos.
Por otro lado Brasil y Argentina, que quisieran jugar un poco más en los acontecimientos mundiales, han visto en un posible acuerdo con Europa, una posibilidad de aumentar su presencia en las grandes discusiones de la OMC, dentro de la cual sus posiciones son muy distintas de las de Venezuela.
Por todo lo anterior es posible, pues, vislumbrar algunos acuerdos así sean muy básicos, pese al proteccionismo agrícola y pecuario de algunos países europeos. Europa desea además proveerse de alimentos en los países del MERCOSUR, antes de que dichos productos se dirijan por completo, como es la tendencia, hacia China, India y Asia sud-oriental. También necesitan los europeos, competir exitosamente en los mercados latinoamericanos con sus productos industrializados y sus servicios, hoy día muy costosos, más que por el rubro del transporte, por el alto costo de las exportaciones europeas debido al alto nivel del Euro. La crisis monetaria puede contribuir así, paradójicamente, al comercio exterior europeo.
¿Y qué se logró en la gran reunión multilateral?Pese a la desproporción entre las dos regiones, para los europeos se trataba de una reunión interesante, por ser la primera vez que las autoridades elegidas bajo el nuevo esquema de la UE se reunía con un grupo continental extra-europeo. En efecto, la reunión fue encabezada por España -país que ejerce la presidencia pro tempore- con la presencia de las altas autoridades comunitarias, incluyendo al nuevo "ministro de relaciones exteriores europeo".
Sin embargo, del lado español se registró un hecho singular: tratándose de una reunión de Jefes de Estado y de Gobierno, no es normal delegar en funcionarios diferentes del titular; pero en esta ocasión no asistió el Rey Juan Carlos, hecho sin precedentes en la diplomacia multilateral en las últimas décadas. En su representación lo hizo el Príncipe Felipe, el heredero de la Corona. La ausencia del Rey sólo puede explicarse por una de varias circunstancias: O bien no le otorga importancia a la reunión, asunto que parece inconcebible, por los antecedentes. O bien por enfermedad incapacitante, asunto del cual no hablaron boletines de Palacio. O bien porque el Protocolo europeo comunitario así lo exige, pero no es del todo claro. O quizás porque está preparando la sucesión en plena forma, lo cual implicaría la decisión de abdicar en el corto plazo. En cualquier caso, se trata de un mensaje que no debe tomarse a la ligera.
La Cumbre en sí misma fue más que todo la expresión de la voluntad política de acercamiento entre latinoamericanos y europeos. Quienes no asistieron, o mejor, quienes lo hicieron con el nivel de representación inadecuado (Venezuela es otro ejemplo), han mostrado poca habilidad para utilizar un mecanismo de entendimiento multilateral con importancia simbólica y regional.
El diálogo en materia de drogas ilícitasFinalmente, en el campo de las drogas ilícitas y los temas conexos, se produjo un hecho de importancia política: Existe, como sabemos, un mecanismo de diálogo en esta materia, entre la UE y los países de América Latina y el Caribe. Dicho mecanismo se concibió en su comienzo como un instrumento de carácter político, en particular en la medida en que la Europa Comunitaria había otorgado a los países andinos un Sistema Generalizado de Preferencias comerciales, como compensación por sus esfuerzos en la lucha contra las drogas. Era esta la expresión más palpable del principio de co-responsabilidad.
Pero también existían preocupaciones en el área del Caribe, y más tarde en relación con otros países americanos, a través de los cuales se mueve el tráfico de cocaína en especial. Los representantes de los países andinos habían visto con profunda decepción, la desaparición del Sistema de Preferencias vinculado con la lucha contra las drogas, para reconvertirlo en parte de un Sistema Generalizado. Pese a los discursos en contrario, esto equivalía a debilitar de manera sustancial el principio de co-responsabilidad. En ese sentido, los diálogos en la materia no debían convertirse sólo en intercambios de tipo técnico, pues se perdía allí la capacidad de innovación e interlocución con funcionarios de alto nivel, que permitiera compensar los esfuerzos extraordinarios de nuestros países, en otras áreas: provisión de empleo, migraciones, apertura a mercados, transferencia tecnológica e inversiones, entre otros.
Finalmente se aprobó en la Cumbre de Madrid, lo que los países andinos pidieron durante muchos años: que se eleve el nivel de interlocución entre las dos partes en estos temas, y que las reuniones dejen de ser conversaciones (que no negociaciones) entre técnicos y autoridades policiales exclusivamente, para devenir en un mecanismo efectivo y de alto nivel. Esto podría permitir acuerdos y aproximaciones creativas. Si los países andinos saben extraer las consecuencias necesarias, podremos recordar esta Cumbre como un hecho importante en uno de los temas más complejos de la agenda internacional.
mayo 17, 2010
LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES EN COLOMBIA Y LA VISION DE LA POLITICA INTERNACIONAL DE LOS CANDIDATOS
La Revista virtual semanal "Razón Pública" (www.razonpublica.com), que se edita en Bogotá, trae esta semana (artículo No. 3), un escrito del autor de este blog, sobre LOS CANDIDATOS Y LA POLITICA INTERNACIONAL.
Reproduzco aquí en artículo mencionado. Con él, doy inicio oficialmente a este blog dedicado a temas de las relaciones internacionales pertinentes para América Latina. El blog será alimentado en promedio tres veces por semana, y contendrá artículos sobre las políticas exteriores de los países de la región, las relaciones interamericanas y las relaciones de los países latinoamericanos con otros actores mundiales. Igualmente, se consignarán temas de interés en la esfera global, y aspectos conceptuales de la disciplina de las RRII, en la medida en que ello sea pertinente para comprender mejor los procesos de América Latina.
A continuación, pues, el artículo publicado en "Razón Pública" de esta semana:
Los candidatos y la política internacional
Escrito por Diego Cardona C.*
lunes, 17 de mayo de 2010
Una comparación entre las posiciones, las trayectorias y los probables equipos de gobierno de los candidatos con más opción de ocupar la Presidencia, en un asunto hoy crucial para Colombia.
Las encuestas relacionadas con las campañas presidenciales muestran que, para el público en general, las principales preocupaciones son el empleo, la salud, la seguridad ciudadana y el rechazo a la impunidad. Los temas internacionales aparecían o todavía aparecen en lugar muy secundario; y sin embargo era previsible que estos asuntos fueran surgiendo con fuerza en el transcurso mismo de la campaña:
- El tema ha figurado en las intervenciones de Juan Manuel Santos ante los medios, en especial por las relaciones con Ecuador y con Venezuela.
- En la campaña de Antanas Mockus se han dado pocas referencias a la materia, y éstas en general se han reducido a deslindar su posición frente a las de otros candidatos.
- Gustavo Petro ha insistido en marcar distancia con el presidente Chávez, recordando quizás que en las elecciones peruanas buena parte de los electores que apoyaron a Alan García, lo hicieron precisamente por la injerencia del presidente venezolano a favor de Ollanta Humala. Quizás por ello, Petro ha pedido a Chávez que se mantenga al margen del proceso electoral y que ayude con sus buenos oficios para que las FARC se incorporen a la vida política. Pero con esta salvedad, el candidato del Polo ha preferido no hacer énfasis particular sobre los temas internacionales.
- En cuanto a Noemí Sanín, el énfasis en la política internacional durante las últimas semanas ha ayudado a posicionar el tema, aunque al parecer no ha sido suficiente para aumentar la intención de voto en su favor.
- Rafael Pardo es el candidato con mayor claridad sobre la importancia de América del Sur para Colombia, asunto que por supuesto no es menor para nuestra política exterior.
- Las relaciones exteriores estuvieron presentes en el inicio de la campaña de Vargas Lleras, con múltiples referencias a Venezuela, que no fueron respondidas, y que por lo visto fueron recibidas con frialdad por los posibles electores, dado el bajo rating del candidato en las encuestas, pese a tener un programa bastante bien estructurado.
Ahora bien, dada la evolución de las encuestas, parece muy probable que el asunto se decida entre Antanas Mockus y Juan Manuel Santos. También es posible que se llegue a segunda vuelta, y en este caso tendríamos que analizar el rol de las alianzas en el diseño de la política exterior de los dos candidatos. Pero de momento bastará con examinar lo referente a las dos campañas con mayores posibilidades de triunfo, haciendo alusión a tres aspectos: la formación y experiencia de los candidatos en materia internacional; el equipo de campaña con el cual eventualmente se constituiría un núcleo de gobierno en el frente internacional; y el contenido internacional de sus propuestas. Veamos, pues:
Antanas Mockus
Su condición de hijo de inmigrantes pesa en sus concepciones, bastante más de lo que podría pensarse: sus padres salieron de la Lituania natal por desacuerdos profundos con el régimen comunista. Ello hace que valores como las libertades públicas, el énfasis en el rol del individuo y la negativa a considerar al Estado como el gran definidor de los procesos políticos estén muy cerca de sus preocupaciones básicas. Cree en un gobierno fuerte, con gran apego a las normas y las reglas de juego "fijadas por la Tribu". Pero está lejos del autoritarismo y de las definiciones personalistas en el manejo de lo público. En ese sentido es profundamente institucional. Sabe también que la relación con los países vecinos puede optimizar las posibilidades de Colombia en lo económico y en el mundo. Tiene menos experiencia internacional que otros candidatos, pero no es un ingenuo, y tanto sus convicciones como su actuación pueden llevarlo a intentar recomponer las relaciones internacionales. No hay que olvidar que Bogotá, con sus 8 millones de habitantes, es más compleja que muchos países del mundo, y que fue Mockus quien creó la Oficina de Asuntos Internacionales de la Alcaldía, que funcionó bastante bien bajo su gobierno y el de Peñalosa.
Tendría en su contra el poco conocimiento de los temas y las sensibilidades internacionales -aunque en este respecto hay que añadir que el candidato Álvaro Uribe tampoco lo tenía. Y Mockus tiene cerca a personas que harían un gran trabajo en este frente, tales como Enrique Peñalosa, Sergio Fajardo o Julio Londoño. Entre los políticos colombianos, Peñalosa se destaca por su conocimiento del mundo y de las negociaciones bilaterales con gobiernos, empresarios, medios y sectores de opinión; tiene una concepción muy moderna e integral de las relaciones internacionales. Por su parte, aunque Fajardo no tiene experiencia en estas lides, su estilo de trabajo ayudaría a desmontar situaciones de conflicto y a trabajar sobre elementos comunes, lo cual es decisivo en relación con los países vecinos. En cuanto a Julio Londoño fue un excelente canciller durante los cuatro años del gobierno Barco, y es conocedor de nuestras relaciones exteriores, y ducho en las difíciles reglas de la política multilateral. Además de lo cual hay un grupo de internacionalistas connotados que poco a poco se han ido vinculando a la campaña del Partido Verde.
El planteamiento central de Mockus hasta el momento ha sido el de unas "relaciones internacionales basadas en el respeto, la reciprodidad, la interdependencia y la convivencia nacional". En relación con Venezuela ha mencionado la necesidad de actuar "con cabeza fría y prudencia, utilizando los mecanismos internacionales multilaterales para impedir que crezcan los conflictos"; ha insistido en la necesidad de tener "tono sereno y mesura para evitar hostilidad verbal" y en la importancia de "profundizar la interdependencia económica". No propondría cambios en el reciente acuerdo de cooperación con Estados Unidos porque lo considera un desarrollo de la lucha común contra las drogas.
Sin embargo el candidato Verde no ha presentado un programa integral en relación con la política exterior. Quizás esto no sea necesario para ganar la Presidencia, pero si fuera elegido tendría que establecer prioridades claras y definir una estrategia estructurada antes del 7 de agosto. También tendría que pensar en una Cancillería más moderna y más activa, que no se limite a los tradicionales asuntos de orden político, sino que participe e incida sobre las relaciones económicas y financieras, las de infraestructura, las de creación y profundización de conocimiento relevante para la inserción internacional del país, o los temas ambientales y los de innovación. Igualmente será necesario insertar más a Colombia con sus vecinos (grandes compradores actuales y potenciales de manufacturas), y de manera decidida en la Cuenca del Pacífico, el gran polo de crecimiento actual en el mundo.
Juan Manuel Santos
Este candidato tiene a su haber una experiencia internacional importante. Formado parcialmente en Estados Unidos, representó durante muchos años a Colombia ante la Organización Internacional del Café -un ejemplo sin duda interesante de regulación internacional dentro de las leyes de mercado. Santos fue además el primer Ministro colombiano de Comercio Exterior, bajo el gobierno de César Gaviria, y en esta calidad contribuyó a crear el Grupo de los Tres (G-3) con Venezuela y México como antesala de la fallida Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA); sentó las bases para relanzar el viejo Pacto Andino, lo cual se hizo durante el gobierno siguiente; negoció el sistema de preferencias andinas con Estados Unidos y con Europa como compensación a la lucha contra el narcotráfico (un logro compartido con Luis Fernando Jaramillo y Noemí Sanín, los dos cancilleres de César Gaviria). .
Por otra parte, Santos tiene experiencia internacional en los temas de inversiones, por haberse desempeñado como Ministro de Hacienda, y en los de seguridad y defensa, por haber sido Mindefensa de la administración Uribe. En su ejercicio de este Ministerio, se dispuso que uno de sus viceministros se consagrara de manera prioritaria a los temas de relacionamiento internacional, considerados de enorme importancia. Por su parte su fórmula vicepresidencial, Angelino Garzón, tiene alguna experiencia internacional en temas sindicales, incluyendo su breve paso por la importante Embajada ante organismos internacionales en Ginebra.
En cuanto al programa del candidato, forma parte de sus 105 propuestas de campaña, y habla de la necesidad de garantizar un "ambicioso posicionamiento de Colombia en el mundo". Se menciona la necesidad de reformar la Cancillería (aunque no se especifica en qué dirección). Las demás referencias hablan de "la defensa internacional de las políticas de derechos humanos", y "una agresiva labor de comunicaciones sobre la evolución de la seguridad y el flagelo del narcotráfico". Se menciona también "la defensa jurídica del Estado en los tribunales internacionales como la Corte Penal Internacional, la Corte Interamericana de Derechos Humanos y en los litigios de fronteras", lo cual es parte de las labores actuales de la Cancillería. No existe aquí, por este concepto, un programa innovador, como sí lo hay para los temas de inserción económica, o ciencia y tecnología e infraestructura, y su importancia en la conexión de Colombia con el mundo. Da la impresión que quienes redactaron la parte internacional de la campaña, tienen una visión muy unidireccional y esquemática de la política exterior; en resumen, una visión muy clásica en términos de imagen y política defensiva frente a los "peligros" que nos acechan desde el exterior. Si Santos fuera elegido, también sería necesario, como en el caso de Mockus, formular una estrategia integral de política exterior, para antes del 7 de agosto, a fin de hacerla compatible con los otros sectores de inserción internacional en los cuales su campaña contiene formulaciones de interés.
Semejanzas, diferencias y vacíos
- Como se ve, los programas relativos a las prioridades y la gestión internacional de los dos candidatos con mayor opción, son débiles. Pero en los dos casos, pese a la diferencia de enfoque, encontramos otros elementos (experiencia o posible equipo de campaña y gobierno) que pueden matizar el asunto.
- Habría algunas semejanzas, como la continuidad de una relación muy estrecha con Estados Unidos. Las diferencias de estilo podrían estar en las relaciones con América Latina (habría una nueva aproximación gradual y prudente en el caso de Mockus), con la Unión Europea (también más marcada por convicciones en el caso de Mockus), o con el Pacífico, incluyendo el asiático (tema que sería muy fuerte para Santos).
- Si nos atenemos a los programas de campaña, Santos estaría pensando en una cancillería muy "clásica", muy "defensiva", mientras que Mockus tendría una visión más integral.
- Habría más analistas internacionales cerca de Mockus y su equipo; y más analistas económicos internacionales cerca de Santos, por lo menos en principio. Los exportadores de manufacturas podrían estar gradualmente más cerca de Mockus. Algunos grupos de presión internacionales en materias como derechos humanos, sindicales y ambientales, podrían estar también más cerca de Mockus, y ello podría facilitar, en principio, la aprobación de los TLC con Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. Mockus por su parte, le daría de nuevo importancia a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores y a otros mecanismos de consenso interno en la política exterior, aún cuando no es descartable que Santos lo haga.
- Finalmente, si existe una estrecha relación entre política exterior y políticas internas, se podría esperar un retorno a los principios de legalidad internacional estricta, en el caso de Mockus; mientras que Santos insistiría en condiciones de inserción más semejantes a los implementados los últimos años.
- Un elemento en común que tendrá que afrontar el candidato ganador es la disminución gradual de los apoyos del Plan Colombia, por razones de política interna de Estados Unidos.
De todas formas, si ninguno de los dos candidatos logra obtener el triunfo en primera vuelta, las alianzas necesarias para la segunda vuelta, y sus resultados, pueden incorporar elementos nuevos en una propuesta consolidada. Dado caso, tendríamos que hacer referencia al asunto en una próxima oportunidad.
Las encuestas relacionadas con las campañas presidenciales muestran que, para el público en general, las principales preocupaciones son el empleo, la salud, la seguridad ciudadana y el rechazo a la impunidad. Los temas internacionales aparecían o todavía aparecen en lugar muy secundario; y sin embargo era previsible que estos asuntos fueran surgiendo con fuerza en el transcurso mismo de la campaña:
- El tema ha figurado en las intervenciones de Juan Manuel Santos ante los medios, en especial por las relaciones con Ecuador y con Venezuela.
- En la campaña de Antanas Mockus se han dado pocas referencias a la materia, y éstas en general se han reducido a deslindar su posición frente a las de otros candidatos.
- Gustavo Petro ha insistido en marcar distancia con el presidente Chávez, recordando quizás que en las elecciones peruanas buena parte de los electores que apoyaron a Alan García, lo hicieron precisamente por la injerencia del presidente venezolano a favor de Ollanta Humala. Quizás por ello, Petro ha pedido a Chávez que se mantenga al margen del proceso electoral y que ayude con sus buenos oficios para que las FARC se incorporen a la vida política. Pero con esta salvedad, el candidato del Polo ha preferido no hacer énfasis particular sobre los temas internacionales.
- En cuanto a Noemí Sanín, el énfasis en la política internacional durante las últimas semanas ha ayudado a posicionar el tema, aunque al parecer no ha sido suficiente para aumentar la intención de voto en su favor.
- Rafael Pardo es el candidato con mayor claridad sobre la importancia de América del Sur para Colombia, asunto que por supuesto no es menor para nuestra política exterior.
- Las relaciones exteriores estuvieron presentes en el inicio de la campaña de Vargas Lleras, con múltiples referencias a Venezuela, que no fueron respondidas, y que por lo visto fueron recibidas con frialdad por los posibles electores, dado el bajo rating del candidato en las encuestas, pese a tener un programa bastante bien estructurado.
Ahora bien, dada la evolución de las encuestas, parece muy probable que el asunto se decida entre Antanas Mockus y Juan Manuel Santos. También es posible que se llegue a segunda vuelta, y en este caso tendríamos que analizar el rol de las alianzas en el diseño de la política exterior de los dos candidatos. Pero de momento bastará con examinar lo referente a las dos campañas con mayores posibilidades de triunfo, haciendo alusión a tres aspectos: la formación y experiencia de los candidatos en materia internacional; el equipo de campaña con el cual eventualmente se constituiría un núcleo de gobierno en el frente internacional; y el contenido internacional de sus propuestas. Veamos, pues:
Antanas Mockus
Su condición de hijo de inmigrantes pesa en sus concepciones, bastante más de lo que podría pensarse: sus padres salieron de la Lituania natal por desacuerdos profundos con el régimen comunista. Ello hace que valores como las libertades públicas, el énfasis en el rol del individuo y la negativa a considerar al Estado como el gran definidor de los procesos políticos estén muy cerca de sus preocupaciones básicas. Cree en un gobierno fuerte, con gran apego a las normas y las reglas de juego "fijadas por la Tribu". Pero está lejos del autoritarismo y de las definiciones personalistas en el manejo de lo público. En ese sentido es profundamente institucional. Sabe también que la relación con los países vecinos puede optimizar las posibilidades de Colombia en lo económico y en el mundo. Tiene menos experiencia internacional que otros candidatos, pero no es un ingenuo, y tanto sus convicciones como su actuación pueden llevarlo a intentar recomponer las relaciones internacionales. No hay que olvidar que Bogotá, con sus 8 millones de habitantes, es más compleja que muchos países del mundo, y que fue Mockus quien creó la Oficina de Asuntos Internacionales de la Alcaldía, que funcionó bastante bien bajo su gobierno y el de Peñalosa.
Tendría en su contra el poco conocimiento de los temas y las sensibilidades internacionales -aunque en este respecto hay que añadir que el candidato Álvaro Uribe tampoco lo tenía. Y Mockus tiene cerca a personas que harían un gran trabajo en este frente, tales como Enrique Peñalosa, Sergio Fajardo o Julio Londoño. Entre los políticos colombianos, Peñalosa se destaca por su conocimiento del mundo y de las negociaciones bilaterales con gobiernos, empresarios, medios y sectores de opinión; tiene una concepción muy moderna e integral de las relaciones internacionales. Por su parte, aunque Fajardo no tiene experiencia en estas lides, su estilo de trabajo ayudaría a desmontar situaciones de conflicto y a trabajar sobre elementos comunes, lo cual es decisivo en relación con los países vecinos. En cuanto a Julio Londoño fue un excelente canciller durante los cuatro años del gobierno Barco, y es conocedor de nuestras relaciones exteriores, y ducho en las difíciles reglas de la política multilateral. Además de lo cual hay un grupo de internacionalistas connotados que poco a poco se han ido vinculando a la campaña del Partido Verde.
El planteamiento central de Mockus hasta el momento ha sido el de unas "relaciones internacionales basadas en el respeto, la reciprodidad, la interdependencia y la convivencia nacional". En relación con Venezuela ha mencionado la necesidad de actuar "con cabeza fría y prudencia, utilizando los mecanismos internacionales multilaterales para impedir que crezcan los conflictos"; ha insistido en la necesidad de tener "tono sereno y mesura para evitar hostilidad verbal" y en la importancia de "profundizar la interdependencia económica". No propondría cambios en el reciente acuerdo de cooperación con Estados Unidos porque lo considera un desarrollo de la lucha común contra las drogas.
Sin embargo el candidato Verde no ha presentado un programa integral en relación con la política exterior. Quizás esto no sea necesario para ganar la Presidencia, pero si fuera elegido tendría que establecer prioridades claras y definir una estrategia estructurada antes del 7 de agosto. También tendría que pensar en una Cancillería más moderna y más activa, que no se limite a los tradicionales asuntos de orden político, sino que participe e incida sobre las relaciones económicas y financieras, las de infraestructura, las de creación y profundización de conocimiento relevante para la inserción internacional del país, o los temas ambientales y los de innovación. Igualmente será necesario insertar más a Colombia con sus vecinos (grandes compradores actuales y potenciales de manufacturas), y de manera decidida en la Cuenca del Pacífico, el gran polo de crecimiento actual en el mundo.
Juan Manuel Santos
Este candidato tiene a su haber una experiencia internacional importante. Formado parcialmente en Estados Unidos, representó durante muchos años a Colombia ante la Organización Internacional del Café -un ejemplo sin duda interesante de regulación internacional dentro de las leyes de mercado. Santos fue además el primer Ministro colombiano de Comercio Exterior, bajo el gobierno de César Gaviria, y en esta calidad contribuyó a crear el Grupo de los Tres (G-3) con Venezuela y México como antesala de la fallida Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA); sentó las bases para relanzar el viejo Pacto Andino, lo cual se hizo durante el gobierno siguiente; negoció el sistema de preferencias andinas con Estados Unidos y con Europa como compensación a la lucha contra el narcotráfico (un logro compartido con Luis Fernando Jaramillo y Noemí Sanín, los dos cancilleres de César Gaviria). .
Por otra parte, Santos tiene experiencia internacional en los temas de inversiones, por haberse desempeñado como Ministro de Hacienda, y en los de seguridad y defensa, por haber sido Mindefensa de la administración Uribe. En su ejercicio de este Ministerio, se dispuso que uno de sus viceministros se consagrara de manera prioritaria a los temas de relacionamiento internacional, considerados de enorme importancia. Por su parte su fórmula vicepresidencial, Angelino Garzón, tiene alguna experiencia internacional en temas sindicales, incluyendo su breve paso por la importante Embajada ante organismos internacionales en Ginebra.
En cuanto al programa del candidato, forma parte de sus 105 propuestas de campaña, y habla de la necesidad de garantizar un "ambicioso posicionamiento de Colombia en el mundo". Se menciona la necesidad de reformar la Cancillería (aunque no se especifica en qué dirección). Las demás referencias hablan de "la defensa internacional de las políticas de derechos humanos", y "una agresiva labor de comunicaciones sobre la evolución de la seguridad y el flagelo del narcotráfico". Se menciona también "la defensa jurídica del Estado en los tribunales internacionales como la Corte Penal Internacional, la Corte Interamericana de Derechos Humanos y en los litigios de fronteras", lo cual es parte de las labores actuales de la Cancillería. No existe aquí, por este concepto, un programa innovador, como sí lo hay para los temas de inserción económica, o ciencia y tecnología e infraestructura, y su importancia en la conexión de Colombia con el mundo. Da la impresión que quienes redactaron la parte internacional de la campaña, tienen una visión muy unidireccional y esquemática de la política exterior; en resumen, una visión muy clásica en términos de imagen y política defensiva frente a los "peligros" que nos acechan desde el exterior. Si Santos fuera elegido, también sería necesario, como en el caso de Mockus, formular una estrategia integral de política exterior, para antes del 7 de agosto, a fin de hacerla compatible con los otros sectores de inserción internacional en los cuales su campaña contiene formulaciones de interés.
Semejanzas, diferencias y vacíos
- Como se ve, los programas relativos a las prioridades y la gestión internacional de los dos candidatos con mayor opción, son débiles. Pero en los dos casos, pese a la diferencia de enfoque, encontramos otros elementos (experiencia o posible equipo de campaña y gobierno) que pueden matizar el asunto.
- Habría algunas semejanzas, como la continuidad de una relación muy estrecha con Estados Unidos. Las diferencias de estilo podrían estar en las relaciones con América Latina (habría una nueva aproximación gradual y prudente en el caso de Mockus), con la Unión Europea (también más marcada por convicciones en el caso de Mockus), o con el Pacífico, incluyendo el asiático (tema que sería muy fuerte para Santos).
- Si nos atenemos a los programas de campaña, Santos estaría pensando en una cancillería muy "clásica", muy "defensiva", mientras que Mockus tendría una visión más integral.
- Habría más analistas internacionales cerca de Mockus y su equipo; y más analistas económicos internacionales cerca de Santos, por lo menos en principio. Los exportadores de manufacturas podrían estar gradualmente más cerca de Mockus. Algunos grupos de presión internacionales en materias como derechos humanos, sindicales y ambientales, podrían estar también más cerca de Mockus, y ello podría facilitar, en principio, la aprobación de los TLC con Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. Mockus por su parte, le daría de nuevo importancia a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores y a otros mecanismos de consenso interno en la política exterior, aún cuando no es descartable que Santos lo haga.
- Finalmente, si existe una estrecha relación entre política exterior y políticas internas, se podría esperar un retorno a los principios de legalidad internacional estricta, en el caso de Mockus; mientras que Santos insistiría en condiciones de inserción más semejantes a los implementados los últimos años.
- Un elemento en común que tendrá que afrontar el candidato ganador es la disminución gradual de los apoyos del Plan Colombia, por razones de política interna de Estados Unidos.
De todas formas, si ninguno de los dos candidatos logra obtener el triunfo en primera vuelta, las alianzas necesarias para la segunda vuelta, y sus resultados, pueden incorporar elementos nuevos en una propuesta consolidada. Dado caso, tendríamos que hacer referencia al asunto en una próxima oportunidad.
*Ph.D., Ex Viceministro de Relaciones Exteriores de Colombia. Actualmente, Profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte, en Barranquilla./ dcardonc@yahoo.com
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